ODONTOLOGÍA VITALP. 12
No. 35, Vol 2: 6-16, 2021 | ISSN: 2215-5740
el Gold estándar para el estudio de la ATM
y el diagnóstico de DTM (Liu et al., 2018).
Respecto a la posición condilar y
sus implicaciones clínicas, muchos
estudios han informado que cuando
no es concéntrica está asociada con
desplazamiento del disco, de modo que
la posición posterior del cóndilo en una
tomografía o radiografía transcraneal
puede sugerir un desplazamiento
anterior del disco (Tansatit, Apinuntrum,
& Phetudom, 2015)(Imanimoghaddam
et al., 2016). Ikeda y Kawamura (2013),
evaluaron 60 articulaciones mediante
resonancia magnética en pacientes con
desplazamiento discal comprobado,
se comparó con imágenes en CBCT
centrándose en la posición condilar de
los mismos pacientes, se concluyó que el
desplazamiento de disco puede causar
que el cóndilo cambie su posición dentro
de la cavidad glenoidea con alteraciones
en el espacio articular.
Bravo & Villavicencio (2017) sugieren que
los pacientes sintomáticos tienen una
mayor prevalencia de desplazamiento
anterior del disco posicionando a los
cóndilos en una posición posterior a la
que tienen los pacientes asintomáticos.
La posición central y posterior del cóndilo
presentaron el mismo porcentaje 35,2%
en pacientes con DTM (sintomáticos),
Mapelli et al. (2016) sugieren que si el
desplazamiento del disco es leve, el
cóndilo se desplaza en sentido posterior,
si el desplazamiento del disco es grave (es
decir, mayor desplazamiento anterior), el
cóndilo vuelve a la posición concéntrica.
En pacientes sin DTM (asintomáticos),
la posición anterior y central del cóndilo
presentaron el mismo porcentaje 37,0%,
la posición posterior del cóndilo 26,1%.
Existen estudios que justifican la posición
posterior condilar y el desplazamiento
anterior del cóndilo, entre ellos el
artículo de Kotiranta, Forssell, & Kauppila
(2019) donde se evaluaron pacientes
asintomáticos mediante resonancia
magnética, resultando aproximadamente
un 32% con desplazamiento anterior del
disco.
Esta posición es considerada un factor
predisponente a la DTM o simplemente
una variante anatómica cuya prevalencia
debe ser considerada en la evaluación de
la DTM. Sin embargo, la existencia de una
posición anterior del disco no significa
necesariamente la existencia de DTM.
Los resultados permitieron corroborar
el estudio de Alves et ál. (2014), (Sevilha
et ál., 2016) este evaluó 74 pacientes
asintomáticos sin DTM mediante
tomografía, encontrando 43% de
los cóndilos en posición central, 30%
anterior y 27% posterior. En pacientes
sintomáticos con DTM encontraron que
las posiciones de los cóndilos estaban
inclinados hacia la parte posterior 54%,
los concéntricos se encontraron en 29%,
y 17% en posición anterior (Tournavitis,
Tortopidis, Fountoulakis, Menexes, &
Koidis, 2017).
Los pacientes con DTM no presentan
una posición del cóndilo predominante,
igual manera en pacientes sin DTM el
cóndilo mandibular no siempre ocupa
una posición determinada. (Osiewicz,
Lobbezoo, Loster, Loster, & Manfredini,
2017).
Es posible afirmar que la excentricidad
del cóndilo no es una prueba suficiente
para el diagnóstico de DTM. Se requieren
investigaciones adicionales antes de
realizar un cambio en la metodología
terapéutica. Es importante recordar que
las terapias fuertes de reposicionamiento
Guerrero, A., Flores, M.E., Flores, E., Velásquez, B.: Posición condilar y espacio articular témporo-mandibular valorado con
tomografía Cone beam.