
25ODONTOLOGÍA VITAL ENERO-JUNIO 2020
rio CPQ 11-14 la media total obte-
nida fue de 33,89± 15,43 (Tabla 1).
Al relacionar las variables edad y
género con CV mediante análisis
de Kruskal Wallis fue encontrado
un valor (p= 0,56), el cual fue con-
firmado con la prueba de Mann
Whitney (p= 0,471), determinando
así poca relación entre estas varia-
bles. Por otro lado, al comparar los
niveles de FD y la CV, mediante la
prueba de Kruskal-Wallis se en-
contró un p = 0,000 que muestra
el impacto de la presencia de FD
sobre la CV, en una relación in-
versamente proporcional, donde
a mayor nivel de FD peor CV con
una relación directamente propor-
cional entre el nivel socioeconómi-
co y la CV. (Tabla 2).
En cuanto al análisis químico de
las tres vertientes de agua que
abastecen a las cuatro unidades
educativas evaluadas, los análisis
de concentración de flúor mos-
traron una media de 0,9 conside-
rándose como un valor normal, y
mostrando ausencia de relación
con la presencia de FD.
DISCUSIÓN
Los resultados del estudio demues-
tran que la CV guarda relación con
la presencia de FD, difiriendo de
otros estudios (Crosato, M; Biaze-
vic, E; Haye, M;, 2005), (Onoriobe,
U; Rozier , R; Cantrell, J; King , R;,
2014), (Moimaz, S; Saliba, O; Mar-
ques , L; Garbin C; Saliba, N;, 2015)
para quienes la presencia de FD no
genera un impacto negativo en la
CV. Por otra parte la CV, en nues-
tro estudio guarda relación inversa
con el nivel socioeconómico, coin-
cidiendo con otros autores (Ciocca,
L; Del Corso, G; Gatto, M; Silva F;,
2015), entendiendo que una con-
dición socioeconómica baja, pre-
dispone a tener un mal estado de
salud oral, comportándose como
un factor de riesgo sobre la CVR-
SO, explicada por la disminución
de oportunidades para acceder a
servicios odontológicos y compra
de elementos de higiene bucal por
asunto de escasos recursos econó-
micos (Carrasco , 2009).
En estudios sobre CVRSO en ado-
lescentes influenciados por di-
versos determinantes de la salud,
muestran que las condiciones
clínicas, los factores sociodemo-
gráficos y familiares en que se des-
envuelven, afectan su CV (Apaza,
S; Torres , G; Blanco, D; Atezana ,
V; Montoya, J;, 2015), observando
que escolares provenientes de fa-
milias de bajo salario, poseían peor
salud bucal y puntaje más alto del
CPQ11-14, (Locker , 2007) es decir,
menor CV; en contraste con los
escolares pertenecientes a mejores
niveles socioeconómicos.
Nuestros resultados evidenciaron
que la CV no guarda relación con
edad ni género, coincidiendo con
estudios previos (Paredes, 2014),
difiriendo de otros estudios (León,
E; Delgado, M; Aguilar, J; Cres-
po, C;, 2016) (Olivieri, A; Ferro, R;
Benacchio, L; Stellini, E;, 2013),
donde se observaron mayores pro-
blemas de salud oral en el sexo fe-
menino que afectaron su CV, don-
de aparentemente la percepción
de un individuo guarda estrecha
relación con el sexo.
La percepción de la salud bucal de
los adolescentes de 11 a 14 años
de este estudio, reveló una per-
cepción mayoritaria de su salud
bucal como buena; sin embargo, a
medida que la edad del individuo
aumenta, existen diferencias de
esta percepción las cuales se ha-
cen más evidentes (Pulache, 2014)
y pueden asociarse a la falta de in-
terés en la adolescencia, sobre la
importancia que la salud bucal y su
salud general tienen en la CV.
Comprender el comportamiento
del paciente desde una perspec-
tiva amplia dentro de la práctica
clínica, investigación odontológica
y prevención de salud oral, cons-
tituye la base para el desarrollo
de programas de salud oral (Diaz
Reissner, C V; Casas García , I; Rol-
dán Merino, J;, 2017). En nuestro
estudio se pudo verificar una alta
prevalencia de FD en grado 1 y 2
según el índice TF, muy semejan-
tes a lo reportado en estudios pre-
vios en poblaciones ecuatorianas
(Arroyo Bonilla, D; Viteri Garcia, A;
Guevara Cabrera, O; Armas, A; Are-
valo Reyes, P;, 2016), estos grados
leves asociados de forma directa a
fuentes externas como el consumo
accidental de la pasta dental em-
pleada en la limpieza habitual (De
la Cruz, D; Tapia , S; Cervantes, A;
Sánchez , C; Pinelo, P;, 2013).
Si bien la prevalencia de signos vi-
sibles de FD en una población ex-
presa la toxicidad tras el consumo
excesivo de flúor, definir la causa
etiológica exacta de la alteración
puede resultar un desafío en ciertas
ocasiones, aun cuando los niveles
de fluoruros en agua se consideran
seguros (Cury & Tenuta, 2014). La
valoración de la concentración de
flúor agua de las fuentes de abas-
tecimiento de la población inter-
venida demostró una media de 0,9
indicando que el agua de consumo
cuenta con niveles adecuados de
flúor, y mostrando también que la
presencia de FD no guarda relación
con la cantidad de flúor encontra-
da en las aguas (Zietsman, 1991)
(Ibrahim, Y; Affan, A; Bjorvatn, K;,
1995), pero significa que existen
otras causantes para que la FD se
manifieste (Khan, A; Whelton, H;
O´Mullane, D;, 2004), como el con-
sumo de pasta dental ingerida de
forma accidental o involuntaria
(Teixeira, M; Narvai, P; Catellanos,
R; Djehizian, V;, 2002) (Farith, I;
Carmona, L; Díaz, A;, 2010), lo que
refuerza la necesidad de ejecutar
nuevos estudios incluyendo análi-
sis químicos de aguas de ingesta y
alimentos de consumo diario o el
consumo accidental del dentífrico.