
19ENERO - JUNIO 2019 ODONTOLOGÍA VITAL
La metodología de evaluar clínica-
mente el patrón facial y la relación
sagital de los arcos dentarios por
profesionales con formación en
Ortodoncia, previamente capacita-
dos4, así como el análisis median-
te fotografías9, realizado también
por ortodoncistas calibrados con-
dujo por buen camino, pues este
tipo de análisis fue adoptado por
la facilidad y sobre todo tiempo al
considerar que un análisis clínico
directo, realizado bajo parámetros
estrictos, impide una revisión pos-
terior, con lo que se pierde la opor-
tunidad de contar con dos o más
evaluadores de un mismo caso, los
resultados aquí informados nos de-
muestran la confiabilidad existente
y aunque no fue considerada, la co-
modidad del evaluador pensamos
que esta es mayor por las condicio-
nes y metodología adoptada.
Entendemos que no puede existir
una buena oclusión con bases es-
queléticas mal posicionadas o, al
contrario, buena relación esque-
lética con maloclusión, el patrón
facial constituye el factor etiológi-
co primario de las maloclusiones1,
por lo que las relaciones sagitales
interarcos, definidas como clase,
constituyen los reflejos que la ca-
racterizan. De ahí se desprende el
hecho de que es probable que los
niños patrón I crezcan con este y
se mantengan como tal durante
la maduración esquelética10. Sin
embargo, estudios de cohorte me-
recen ser conceptualizados, rela-
cionando las características facia-
les desde la infancia, a partir de la
dentición decidua completa.
En este estudio fueron ignorados
los primeros molares permanen-
tes, tomando como base el hecho
de que al inicio se puede presen-
tar un clase II molar definitiva
pero conforme la exfoliación de
los molares deciduos se produce
con la subsecuente erupción de los
premolares definitivos, existe una
migración hacia mesial del molar,
transformádose la clase II en clase
I molar, y esta mesialización ocu-
rre con mayor frecuencia a nivel de
los molares inferiores en relación
con los superiores, proceso deno-
minado leeway space en los inicios
de la dentición mixta11,12, y con ello
se explica el haber considerado la
relación interarcos mediante los
caninos deciduos.
Sin embargo, es importante men-
cionar que el desgaste fisiológico
de la cúspide de los caninos deci-
duos en el periodo intertransito-
rio13, podría dificultar la realiza-
ción del diagnóstico de la relación
canina. Al iniciar el segundo perio-
do transitorio tenemos la presen-
cia del leewey space, terminada la
fase de crecimiento y desarrollo de
oclusión durante el segundo perio-
do transitorio y va a producirse la
exfoliación fisiológica de los mola-
res deciduos, existiendo probable-
mente algún tipo de modificación
en la clase molar.
Si bien el crecimiento cráneofacial
durante la dentición decidua aún
no completa su desarrollo total,
especialmente de la mandíbula en
sentido vertical, los desvíos en el
patrón de crecimiento ya pueden
ser identificados y corregidos me-
diante tratamiento interceptivo
restableciendo un ambiente mor-
fológico propicio con un adecuado
crecimiento cráneofacial14, de ahí
que es importante para el profe-
sional observar la relación de las
bases óseas con la relación oclusal,
es decir hueso y dientes, como dos
estructuras que deben estar en ar-
monía entre ellas.
La Ortodoncia clínica es tan esen-
cial como subjetiva, a pesar de
existir patrones poblacionales de
comportamiento facial, en cuanto
a magnitud como a las manifes-
taciones de acuerdo con la épo-
ca, cada paciente es único15. Los
clásicos estudios de crecimiento
facial con cefalometría sugieren,
que este tiende a respetar un mo-
delo previo10, pero la dirección es
impredecible. En estudios previos
demostraron que en individuos de
5 a 25 años de edad el 77% de la po-
blación preservó el tipo facial16,17,
destacando que la constancia de
la morfología facial se mantuvo en
88% de individuos entre 5 a 12 años
de edad18. De esta forma, acepta-
mos el concepto de que la cara tie-
ne un crecimiento morfogenético;
por lo tanto, una concepción cro-
mosómica está encargada del de-
sarrollo estructural, a medida que
aumenta tridimensionalmente en
el espacio.
Durante el desarrollo del estudio
se presentaron dificultades res-
pecto a la información del con-
cepto patrón facial de Capelozza1;
confiamos, sin embargo, en que
resultados como este consientan
su difusión y permitan estudios de
cohorte que comprueben los cam-
bios con respecto al patrón facial y
la relación sagital interarcos denta-
rios, para establecer parámetros de
atención preventiva e interceptiva
de ser el caso.
CONCLUSIONES
En las condiciones en que este es-
tudio fue ejecutado es posible con-
cluir que el patrón facial presentó
estrecha relación con la clase mo-
lar; sin embargo, en cuanto a la de-
pendencia canina el patrón II fue
el único que no tuvo correlación.
Los individuos con dentición mixta
evaluados presentaron mayor fre-
cuencia del patrón I, independien-
temente de la edad y género. El
estudio reveló prevalencia de clase
I canina decidua en ambos géne-
ros. Clase I y II molar permanente
en iguales proporciones en ambos
géneros. Respecto a la edad, aque-
llos de entre 6 a 10 años fueron más
tendientes a la clase II molar, y se
encontró similitud de criterios por
parte de los evaluadores al realizar
el examen diagnóstico.
Autores:
Evelyn Daniela Ochoa Ramírez1, Mayra
Alejandra Núñez Aldaz1, Ana del Carmen
Armas2, Fabricio Cevallos González3,
Edison Fernando López Ríos4.
1Estudiante- Especialidad de Ortodoncia
Universidad Central del Ecuador
2 PhD, M.Sc Docente Universidad Central
del Ecuador
3 Postulante a PhD, DDs. Docente Uni-
versidad Central del Ecuador
4 Postulante a PhD, MSc. DDs Docente
Universidad Central del Ecuador, tutor
Correspondencia: Evelyn Daniela Ochoa
Ramírez. Correo electrónico: danielao-
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